Iglesia Adventista del Séptimo día “Mitad del Mundo”

La Iglesia Adventista del Séptimo día “Mitad del Mundo”, está ubicada en la ciudad de Quito, en la parroquia de San Antonio de Pichincha en  las calles Av. Equinoccial y El Calvario.

Actualmente está a cargo del Pr. Napoleón Moreno quien junto con su esposa y sus hijos dedican todo su servicio a la obra de Dios.

Quienes son un apoyo fundamental para el pastor son los ancianos de iglesia: Pedro Yugsi,  Oswaldo Delgado y Franklyn Aguilar.

Consta aproximadamente con más de 100 miembros de iglesia.

Actualmente el plan misionero es alcanzar con el evangelio a dos comunidades que son Rumicucho y Calacalí.

La reuniones se las realizan los días sábados de 09hoo a 12h00, por la tarde de 17h00 a 18h30. Los días miércoles en el horario matutino de 05h00 a 06h00 incluye un rico desayuno en donde se ora fervientemente por las necesidades de la feligresía.

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Ritos y ceremonias de la iglesia

Son 3 los rituales en la IASD: el bautismo, el rito de humildad y la santa cena. Fueron instituidos por CRISTO. Tienen objetivos y normas para su práctica. No se puede innovar haciendo cambios no autorizados, a menos que se ejerza creatividad dentro de los límites de las normas instituidas por la iglesia, conforme la Biblia.

El bautismo

El bautismo instituido por JESÚS, en lugar de la circuncisión, debe ser por inmersión y solo puede ser aplicado a personas que tengan conciencia de lo que están haciendo, de la decisión que están tomando. Es algo muy serio y solemne, que jamás debiera ser banalizado.

El bautismo de niños no es una institución divina. Entró en el cristianismo en el año 416, como poseyendo poderes mágicos capaces de lavar los pecados y tornar a los niños agradables a DIOS, garantizándoles la salvación. Bautizar un niño, digamos de pocos días o semanas, o incluso de pocos años, que aún no sea capaz de entender lo que está haciendo, no es más que bautizar un navío o un avión, como se acostumbra hacer. Es apenas una solemnidad sin ningún valor espiritual, y si practicada en nuestra iglesia, aunque debe ser muy raro, se trata de fuego extraño que tendrá consecuencias graves para quien participe en ello.

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La ordenanza de la humildad

Para ser ciudadanos del Reino de DIOS, para que seamos capaces de amar y ser amados, para que seamos superiores, grandes y útiles, precisamos ser humildes. La humildad es la verdadera grandeza, una grandeza que es capaz de ser útil a los otros, aquella que, por su actuación, promueve la vida, la paz y el crecimiento en los otros.

 

La grandeza según el amor viene de la capacidad de servir. Por ejemplo, DIOS es el mayor, al fin y al cabo, él es capaz de servir con perfección a todo el Universo. Y todo funciona perfectamente. Él, que es DIOS, es humilde y manso, pues su carácter es para amar a sus criaturas. Así se explica el porqué, en el Cielo, el mayor es el que más sirve.

Como en nuestro planeta lo que las personas realmente quieren es dominar, JESÚS nos dejó una ordenanza. Fue dada para que cultivemos la humildad y para que sepamos cuán importante es para la ciudadanía celestial, y también para la buena convivencia entre nosotros. Es el rito de humildad o lavamiento de los pies. Esa ordenanza precisa ser seguida como un contrapeso al orden natural del pecado, que lleva a querer ser más que los otros, aprovecharse de los otros, dominar sobre los otros subyugándolos. Si deseamos ser ciudadanos del Cielo, debemos buscar cotidianamente mediante una vida práctica, servir y no ser servidos. Así como fue JESÚS. Para mantenernos atentos a la necesidad de ser humildes, debemos practicar el rito del lavamiento de los pies.

Este ritual es considerado, incluso en nuestros días, como un acto un tanto repulsivo. ¡Lavar los pies de otro! Son sucios, hay que agacharse, sin banqueta para sentar, después hay que secar bien, se puede contaminar las manos, etc. ¿A alguien le gusta lavar los pies de otro? Exactamente ese acto no deseado por nadie, es muy apropiado para que cultivemos la humildad. Y aunque nos lavemos recíprocamente los pies, el caso de JESÚS fue mucho peor, pues tuvo que lavar los pies de todos y nadie se dispuso a siquiera lavarle los pies, solo aquella pecadora que lo hizo con perfume, y que los secó con sus propios cabellos.

El objetivo de lavar los pies de otros es vital para nosotros: cultivar por su intermedio la virtud de la humildad, para que comprendamos la importancia de servir y la inutilidad de querer ser servido, en el Reino de DIOS.

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La cena del señor

El rito de humildad nos dice que solo los humildes vencerán, que solo ellos estarán aptos para ser ciudadanos del reino en que el Rey es humilde y el cual venció el mal por medio de la demostración de humildad. La santa cena nos recuerda que nuestra salvación depende de la muerte de JESÚS en la cruz, y que Él quiere salvarnos y realizar una cena celebrando nuestra entrada al Cielo. El lavamiento de los pies fue una nueva institución de CRISTO, pero la santa cena substituyó la celebración de la pascua de los judíos. Así como ellos recordaban que fueron libertados de la esclavitud egipcia, y esperaban la venida del Cordero de DIOS que moriría por ellos, la santa cena fue instituida, desde la noche anterior a la muerte de CRISTO, para recordarnos que Él ya murió por nosotros, resucitó victorioso, nos libró de la esclavitud del pecado y que ahora solo falta que regrese para buscar a aquellos que creyeron en Él. Mientras JESÚS no vuelve, tenemos la esperanza del cumplimiento de esa promesa.

“El rito de la comunión señala la segunda venida de Cristo. Estaba destinado a mantener esta esperanza viva en la mente de los discípulos. En cualquier oportunidad en que se reuniesen para conmemorar su muerte, relataban cómo él “tomando el vaso, y hechas gracias, les dio, diciendo: Bebed de él todos; porque esto es mi sangre del nuevo pacto, la cual es derramada por muchos para remisión de los pecados. Y os digo, que desde ahora no beberé más de este fruto de la vid hasta aquel día, cuando lo tengo de beber nuevo con vosotros en el reino de mi Padre.” Mat. 26: 27-29. En su tribulación, hallaban consuelo en la esperanza del regreso de su Señor. Les era indeciblemente precioso el pensamiento: “Todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que venga” 1Cor. 11:26.” (El Deseado de todas las Naciones, 659)

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Pilares de nuestra fe

Las enseñanzas fundamentales del

pueblo de Dios para el tiempo del fin

Jesús en el santuario: 

La muerte de Jesús es el perfecto y completo sacrificio por nuestros pecados, pero su obra no terminó ahí. Después de su muerte y resurrección ascendió al cielo para continuar su obra de salvación.

En el cielo existe un santuario que es el lugar donde Jesús se encuentra en la actualidad intercediendo por nosotros delante de su Padre, perdonando nuestros pecados y concediéndonos la salvación.

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El señor del sábado:

La ley de Dios registra principalmente el amor a Dios y el amor al prójimo. Somos salvos solamente por la gracia de cristo y por nuestras buenas obras, pero el resultado de la salvación es la obediencia a la ley divina.

El cuarto mandamiento habla sobre la observancia del sábado, la creación de éste mundo en la cual Dios bendijo al Séptimo día y lo hizo santo.

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Testimonio de Jesús:

A lo largo de la historia Dios eligió a profetas que cumplan su ley a cabalidad.

La escritora cristiana Elena de White fue escogida por el Señor para predicar su mensaje en tiempos  modernos. Sus orientaciones sobre salud dadas en el siglo XIX, son confirmadas por las investigaciones científicas de la actualidad. Orientada por Dios habló acerca de la educación y la salud.

Todos sus escritos estaban centrados en Jesús y basados en la Biblia.

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La segunda venida de Jesús:

Es otro pilar de la fe, ya que tenemos la certeza de que será un evento visible en la que el Señor demostrará toda su magnificencia, y todos aquellos que murieron creyendo en Jesús resucitarán.

Muchas señales muestran que su venida está próxima, por lo tanto debemos prepararnos para éste gran evento y anunciar la gran esperanza.

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Fidelidad cristiana

Todos somos mayordomos de Dios, a quienes se nos ha confiado tiempo y oportunidades, capacidades y posesiones,  y las bendiciones de la tierra y sus recursos. Por lo tanto, somos responsables ante él por el empleo adecuado de todas esas dádivas, reconocemos el derecho de propiedad por parte de Dios mediante nuestro servicio fiel a él y a nuestros semejantes, y mediante la devolución del diezmo y de las ofrendas que damos para la proclamación de su evangelio y para el sostén y desarrollo de su iglesia.

El diezmo es el 10% de las entradas, ya sea en dinero o en productos que se le devuelva a Dios. Devolver el diezmo es un reconocimiento fiel de su soberanía.

La mayor parte del diezmo es utilizada para financiar los esfuerzos de evangelización para apoyar el ministerio de iglesias locales por medio de los salarios de pastores.

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Malaquías 3:10

Traed todos los diezmos al alfolí y haya alimento en mi casa; y probadme ahora en esto, dice Jehová de los ejércitos, si no os abriré las ventanas de los cielos, y derramaré sobre vosotros bendición hasta que sobreabunde.

El sábado

El bondadoso Creador, después de os seis días de trabajo en la creación, decidió descansar en el séptimo día, e instituyó el sábado para todos los seres humanos, de tal forma que se convirtiera en un monumento conmemorativo del pacto y la obra perfecta hecha en el Edén. Además aquel pacto se mantiene a lo largo de la historia ya que está plasmado en la ley inmutable de Dios como el cuarto mandamiento que requiere la observancia del séptimo día, sábado, como día de reposo, adoración y ministerio, en armonía con las enseñanzas y la práctica de Jesús como el verdadero Señor del Sábado.

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Creencias fundamentales

La Palabra de Dios

La Biblia es un libro escrito por profetas que ha sido inspirado por el Espíritu Santo con el fin de que las personas tengan el conocimiento necesario para la salvación, esta es la norma esencial para el carácter, la experiencia y el registro confiable de la actuación de Dios en la historia.

 La Deidad

Existe un solo Dios, comprendido en tres personas coeternas: Dios el Padre, Dios el Hijo y Dios el Espíritu Santo, al que se lo denomina Deidad.

Dios es inmortal, es omnisciente, es omnipresente.

Dios el Padre

Es el Creador, el Originador, el Sustentador y Soberano de toda Creación, sus cualidades son también demostradas en el Hijo y el Espíritu Santo.

Dios el Hijo

Fue concebido por el Espíritu Santo, y nació de la virgen María, fue llamado Jesús, quien  tuvo tentaciones igual que el ser humano pero no pecó. Jesús fue quien  sufrió y murió en lugar de nosotros por nuestros pecados, al tercer día resucitó y fue al santuario celestial a interceder ante el Padre por nuestro pecados.

Dios el Espíritu Santo

Fue el encargado de inspirar a los profetas para escribir la Biblia, fue enviado por el Padre y el Hijo como un consolador para la humanidad cuando Jesús ascendió al cielo.

La creación

Dios es el Creador de éste mundo, en seis días hizo todo lo que está sobre la tierra, el séptimo día descansó de toda su obra y lo santificó.

La naturaleza humana

El hombre y la mujer fueron creados a imagen y semejanza de Dios, pero cada uno era capaz de elegir entre lo bueno y lo malo, cuando desobedecieron comiendo del fruto prohibido la imagen de Dios en ellos fue desfigurada completamente, pasaron a estar sujetos a la muerte. Cada uno de sus descendientes comparte esa naturaleza pecaminosa y sus consecuencias.

El gran conflicto

El conflicto se originó en el cielo cuando Satanás, en ese tiempo Lucifer, cuestionó la Ley de Dios y su carácter, El introdujo esa duda en el cielo y por lo tanto fue expulsado junto con los ángeles que creyeron en El.

El introdujo el pecado en la humanidad, cuando engañó a Adán y Eva, distorsionando el carácter de su Creador.

La vida, muerte y resurrección de Cristo

La vida de Cristo fue perfecta a pesar de que fue tentado por el enemigo, y cuestionado por los sacerdotes de la época.

Fue crucificado y al tercer día resucitó proclamando el triunfo de Dios sobre el maligno.

La experiencia de la salvación

El amor de Dios permitió que su Hijo muriera por nosotros, por medio de El somos libertados del pecado, siempre y cuando le confesemos nuestras transgresiones; de esta forma nacemos de nuevo y somos justificados.

Crecer en Cristo

Gracias al triunfo de Jesús sobre la muerte, somos llamados a crecer en su carácter, dedicando tiempo al estudio de la Biblia y la oración.

La iglesia

La iglesia es una comunidad de la familia de Dios en la cual todos aquellos que creen en la verdad del Señor, lo certifican como su único Salvador y Mediador en el Cielo.

El remanente y su misión

El remanente es la proclamación de la hora del juicio, la salvación que nos proporciona Dios y el mensaje de su advenimiento.

La unidad en el cuerpo de Cristo

No importa como sean nuestras características físicas, cuando estamos con Cristo somos nuevas criaturas, quien nos ha unido para servir en su ministerio.

El bautismo

Por medio del bautismo dejamos nuestra vida pasada, y comenzamos una nueva vida junto con Cristo entregándonos por completo a cumplir su ley y predicar el evangelio.

La cena del Señor

Es una manera de participar de los emblemas de Cristo, su cuerpo y su sangre, como manera de expresar nuestra fe en se verdad.

Los done y misterios espirituales

Dios ha concedido a todos dones espirituales, que cada uno de emplearlos para cumplir el ministerio que nos dejó Cristo, por el bien de la Iglesia y la humanidad.

El don de profecía

Uno de los dones que Dios concede a sus hijos es el don de profecía que fue una característica principal en la Iglesia Remanente con el ministerio de Elena de White, quien fue elegida por el Señor para predicar la verdad en los últimos tiempos.

La Ley de Dios

La Ley de Dios se encuentran en los Diez Mandamientos y claramente ejemplificados en la vida de Cristo, demostrando que son posibles de cumplir si tenemos una comunión constante con El.

El sábado

El Creador nos dejó su ejemplo al descansar el séptimo día después de toda la obra que había hecho, además el sábado es una señal perpetua entre Dios y su pueblo, por lo tanto está vigente en la actualidad.

La mayordomía

Somos mayordomos de Dios, por lo tanto debemos devolver los diezmos y ofrendas como agradecimiento de todas las bendiciones que recibimos, con el fin de predicar su evangelio y acrecentar su Iglesia.

La conducta cristiana

Debemos llevar una vida que demuestre que tenemos a Cristo en nuestro corazón, participando en actividades que eleven nuestra vida hacia El, quien desea nuestro bienestar en todos los aspectos.

El matrimonio y la familia

El matrimonio fue instituido por Dios en el Edén, por lo que el círculo familiar debe ser un lugar sagrado en el cual los padres deben educar a sus hijos para amar a Dios y obedecerle.

El ministerio de Cristo en el Santuario celestial

Existe un Santuario en el cielo en el cual Cristo está cumpliendo su función de Sumo Sacerdote ante el Padre, intercediendo por nuestros pecados para que seamos inscritos en el Libro de la Vida y alcancemos la salvación.

La segunda venida de Cristo

Es la bendita esperanza que tiene la Iglesia Adventista, de poder mirar a Jesús en todo su esplendor y gloria venir a la tierra a redimir a todos quienes guardaron los Mandamientos de Dios y tienen la fe de Jesús.

La muerte y la resurrección

La paga del pecado es la muerte, solo Dios es el único ser inmortal, al igual que Jesús que venció a la muerte resucitando al tercer día.

El milenio y el fin del pecado

Es el reinado de Cristo durante mil años, en el cual los impíos serán juzgados.

La Tierra quedará desierta, solo Satanás y sus seguidores permanecerán allí sin poder tentar; al finalizar estos mil años Jesús volverá con la Nueva Jerusalén y purificará esta Tierra del pecado enviando fuego del cielo.

La Tierra Nueva

En la Tierra Nueva Dios proveerá un hogar eterno para los redimidos y un ambiente perfecto en el cual ya no habrá más lágrimas, dolor y sufrimiento; al contrario existirá amor, gozo, y aprendizaje por parte del Maestro.

Misión y Visión

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Misión
Hacer discípulos a todas las naciones, comunicando el evangelio eterno en el contexto del mensaje de los tres ángeles basado en Apocalipsis 14:6-12 , invitándolos a aceptar a Jesús como su Salvador personal y a unirse a su iglesia remanente, instruyendo a las personas a servirle a Él como Señor y a prepararlos para su pronto regreso.
Visión
En armonía con las grandes profecías de las Escrituras, entendemos que el clímax del plan de Dios es restaurar a toda su creación en completa armonía con su perfecta voluntad y justicia.

La identificación adventista

La iglesia Adventista del séptimo día derivó su nombre de dos doctrinas principales. Es adventista porque anuncia la segunda venida de Cristo como la bendita esperanza del cristianismo; y del séptimo día porque proclama la perpetuidad de la ley de Dios, la cual requiere la observancia del sábado como pacto eterno.

Éstas doctrinas están representadas en su logo:

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Organización

Los adventistas del séptimo día se organizan a través de cuatro niveles, desde cada miembro individual hasta la organización global:

  1. La Asociación General es la unidad que incluye a toda la organización, y está conformada por todas las divisiones de todo el mundo. Las Divisiones son secciones de la Asociación General, con responsabilidad administrativa atribuida para determinadas áreas geográficas.
  2. La Unión es la conformación de las asociaciones/misiones de los campos dentro de un territorio más amplio. Por ejemplo: Unión Sur-Brasileña, comprende los estados de la región Sur de Brasil;
  3. La Asociación/Misión local es un cuerpo organizado y conformado por las iglesias de un estado, provincia o territorio;
  4. La Iglesia local es un cuerpo organizado conformado por los miembros individuales.

En el caso de América del Sur, ocho países (Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Ecuador, Paraguay, Perú y Uruguay ) son parte de la División Sudamericana, con sede en Brasilia. Los otros países de Centro América (Colombia, Venezuela, Guyana, Guayana Francesa y Surinam) forman parte de la División Interamericana.

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  • 206 países donde hay adventistas.
  • 61 editoras e imprentas.
  • 7.804 unidades escolares.
  • 1.673.826 estudiantes.
  • 18 fábricas de alimentos.
  • 790 hospitales clínicas y orfanatos.
  • 120 países cuentan con ayuda de la AGENCIA ADVENTISTA DE DESARROLLO Y RECURSOS ASISTENCIALES (a.d.r.a)

¿Qué es la Iglesia Adventista del Séptimo Día?

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Los Adventistas del Séptimo Día, con más de 17 millones de miembros en todo el mundo, es una iglesia cristiana protestante organizada en 1863 en los Estados Unidos. Esta se origina por el movimiento liderado por Guillermo Miller, quien hizo hincapié en la necesidad de predicar sobre el pronto regreso de Jesucristo a este mundo. La sede sudamericana de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, es responsable de la coordinación administrativa en ocho países con más de dos millones de miembros.

Es un movimiento profético y tiene una misión divina dada por Jesucristo a sus discípulos de predicar el evangelio a todos.

Los Adventistas del Séptimo día aceptan a la Biblia como su principal regla que rige en su vida, en un principio la editorial Adventista de Battle Creek, Michigan (EEUU) publicó un documento llamado “sinopsis de nuestra fe”, en la cual se explicaba de 25 creencias fundamentales de los Adventistas. Este documento fue revisado y lo ampliaron a 28 creencias fundamentales, éstas son revisadas constantemente en un periodo de cinco años en un Congreso Mundial de la Asociación General de la Iglesia Adventista del Séptimo Día, en la cual por medio de la intervención del Espíritu Santo se llega a comprender mejor una forma de expresar las enseñanzas de la Palabra de Dios.